El proceso de subpersonalidades utilizado en este libro tiene sus orígenes en una tradición particular india americana que según me han dicho data de hace veinticinco mil años por lo menos. Recurro a la «licencia poética» en esta presentación y en parte del material pero lo fundamental viene directamente de la tradición que se me enseñó.
El proceso está basado en enseñanzas sobre la rueda medicinal y las cuatro direcciones que independientemente de la ceremonia o el enfoque personal, siempre están dirigidas a restablecer el equilibrio y la armonía. Honrar y equilibrar las cuatro direcciones forma parte de la mayoría de las ruedas medicinales. Si conoces el simbolismo tradicional de cada dirección, comprenderás mejor su aplicación a las cuatro subpersonalidades principales.
Aunque existen variables en el simbolismo tradicional y la interpretación entre las diferentes tribus, el simbolismo que utilizo en mi trabajo es el siguiente:
- El sur representa el planeta Tierra, el elemento tierra y el cuerpo físico. El Criador Interior se relaciona con esta dirección.
- El oeste representa el elemento agua y el cuerpo emocional. Aquí se sitúa el Niño Interior.
- El norte es la dirección del elemento aire y del cuerpo mental. El/La Guerrero/Guerrera interior se relaciona con el norte.
- El este representa el elemento fuego, la luz y el cuerpo espiritual. Es la dirección del Espíritu Interior.
Si ya utilizas interpretaciones de las cuatro direcciones con fines espirituales, limítate a intercambiar la posición de los elementos y subpersonalidades en la forma apropiada. Por ejemplo, si has llamado tradicionalmente al sur la dirección del agua, entonces lee la sección del Niño Interior para interpretar el sur, ya que el Niño Interior está asociado con el elemento agua. El Criador Interior estaría situado en el oeste y no en el sur.
Cuando trabajes con las cuatro subpersonalidades o lugares en tu «escudo personal» como se le llama al sistema de subpersonalidades en algunas enseñanzas indias americanas, es importante saber que cada subpersonalidad tiene una función importante y positiva en tu vida a pesar de cualquier desequilibrio o disfunción expresada. Cada subpersonalidad debe recibir el trato que se le da a los seres sagrados.
El objetivo de encontrarte con las subpersonalidades de tu escudo personal es equilibrarlas a través de la conciencia, la comprensión, la comunicación y la acción.
Lo primero que surge al encontrarte con tus subpersonalidades y saber cómo les va y cuáles son sus necesidades y deseos es la conciencia. Después de conocer estos aspectos de tu escudo personal preguntarás a las subpersonalidades cómo se llaman. Con los ojos interiores verás una imagen de cada subpersonalidad, dirigiéndote a ellas como si hablaras con una persona física. Después escucharás. A fin de comprender cómo piensa y siente esa parte de ti y cuáles son sus necesidades formularás tus preguntas.
Las preguntas están enumeradas en las secciones individuales del proceso guiado para encontrarte con tus subpersonalidades. La subpersonalidad puede decirte de qué manera se siente insatisfecha y ahogada o alegre y satisfecha. Tu cometido es el de escuchar con comprensión y afecto a la parte de ti que comparte contigo sus sentimientos, esperanzas, sueños y pequeños deseos. Cuando hayas oído las respuestas a todas tus preguntas habrá terminado el primer encuentro. Te despedirás por el momento y quedaréis para encontraros en otra ocasión.
La decisión sobre la frecuencia de encuentro con tus subpersonalidades o el «equilibrio del escudo personal» es tuya. Los indios americanos que en concreto me enseñaron esta práctica, recomiendan realizar diariamente el equilibrio del escudo personal. Me he dado cuenta de que suelo hacerlo una vez a la semana a no ser que sienta una necesidad específica urgente. Mis otras prácticas espirituales llevan bastante tiempo y tienen prioridad en mi práctica diaria. Sin embargo, puede ser diferente en tu caso.
El proceso puede ser tan profundo y vital que se convierta en el momento de concentración más importante del día. Hubo un tiempo en que era una práctica diaria vital para mí. Cuando abandono la rueda medicinal después de la sesión de equilibrar mi escudo personal, les digo a los aspectos de las cuatro direcciones aproximadamente cuándo les volveré a ver. Este tipo de comunicación es importante para que el proceso sea real y significativo para ti y tus personalidades interiores.
El siguiente paso es la acción.
Si tu Criador interior te dice que ves demasiada televisión y que necesitas pasar más tiempo en la naturaleza o tomando largos baños, tienes que escuchar y seguir estas sugerencias lo mejor que puedas. Si por alguna razón no puedes obedecer, sé sincero con tu Criador Interior y dile por qué no puedes hacerle caso. Aquello que te pidan tus subpersonalidades sirve para devolverte el equilibrio contigo mismo y con tu vida. Es importante que tengas el propósito de actuar como sea posible según la respuesta; sin esta intención el proceso no sólo resulta inútil sino que te irás fiando menos de ti mismo. Al final del capítulo encontrarás las instrucciones para saber qué hacer cuando vuelvas a la rueda medicinal después del primer encuentro.
En la tradición particular india americana que aprendí, te encuentras con cada parte de tu escudo personal mediante una «búsqueda de visión». Encuentras un lugar en la naturaleza al que te sientas atraído y realizas una ofrenda de tabaco, brasas, maíz o cualquier otro regalo. Será un sitio en el que sientas una conexión especial con el elemento que representa esa dirección: el sur, por ejemplo, representa el elemento tierra.
A continuación te sientas sobre la tierra y cantas canciones sagradas o entras en estado de meditación silenciosa, pidiendo la presencia del aspecto con el que quieras contactar. Entonces esperas a que este aspecto se presente. Puede que oigas una voz que te habla o una representación de la apariencia de tu subpersonalidad. Tendrás que definir la representación y establecerla antes de acabar este primer paso. Luego tiene lugar. el diálogo.
Cuando la comunicación termine puedes recoger un objeto y llevarlo a tu altar o rueda medicinal al aire libre como símbolo físico de la relación. Puede ser una roca, una hoja, un pedazo de corteza de árbol o cualquier otra cosa que te parezca bien. Escogerás un lugar de búsqueda distinto para cada una de las cuatro partes de tu escudo personal.
Si no deseas realizar el proceso al aire libre, también puedes hacerlo a través de la meditación. Después de entrar en un estado de relajación ofrecerás oraciones al Gran Espíritu, Dios/Diosa/Todo Lo Que Es o como llames al Uno Divino. Da las gracias y pide claridad y ayuda en tu búsqueda meditativa para encontrarte con las cuatro subpersonalidades.
En las siguientes secciones encontrarás instrucciones para encontrarte con tus cuatro subpersonalidades.